Es el periodo de tiempo que un bien se utiliza en el proceso productivo de una empresa, independientemente de que terminado ese periodo pueda seguir funcionando.
El coste de adquisición de dicho bien suele dividirse en el tiempo que permanece integrado al proceso productivo (periodos fiscales), de manera que en las cuentas anuales de la empresa se refleje su valor anualmente actualizado (usualmente a la baja) y los beneficios que produce sean mayores que el precio pagado por él.
La vida útil de un bien depende de factores como su estado inicial al integrarse al proceso productivo, el mantenimiento preventivo al que necesite ser sometido, que su participación en la producción sea rentable para la empresa ya sea porque mantiene la calidad del producto final, porque no ralentiza el proceso productivo y porque no se vuelve obsoleto por la rapidez de los avances tecnológicos.
El periodo de tiempo que un bien permanece integrado al proceso productivo de una empresa suele reflejarse en la depreciación de su valor en las cuentas anuales.