Lugar físico o electrónico en el que se intercambian acciones, bonos, obligaciones, divisas y derivados.

Es el lugar donde se compran y se venden activos financieros. En realidad no se trata de un único mercado financiero sino que existen distintos tipos en función del tipo de activo que se comercializa. Hay mercados en los que se comercia con divisas (monedas de distintos países), deudas de países, deudas de empresas, de acciones de empresas o de derivados financieros. 

Tiene la finalidad de recoger dinero (capitales) de las familias, empresas y países que son ahorradores y canalizarlo hacia aquellos que lo necesitan (prestatarios). En estos mercados trabajan los intermediarios finaniceros, es decir, las entidades de crédito, las empresas de seguros o fondos de inversión, que utilizan una infraestructura (sistemas informáticos y procedimientos) para la trasferencia de dinero (cobros y pagos), la negociación, venta o liquidación de valores o su compensación.

Dada la importancia que han alcanzado estos mercados a nivel mundial son regulados y supervisados en su funcionamiento por parte de los bancos centrales e instituciones inspectoras. Sin embargo, las grandes crisis financieras del siglo XX y la del 2008 son una demostración de su complejidad, especialmente cuando la prioridad es la obtención de un beneficio rápido (especulación).