Es la manera en que se reparten los beneficios que tiene un país entre sus habitantes como consecuencia de las diferentes actividades económicas que se desarrollan en el país.
Históricamente la distribución de la renta ha sido desigual, concentrándose la mayor parte de la renta en las clases sociales que controlaban y tenían los medios materiales de producción, y que por norma general solían ser una minoría. Actualmente, los estados modernos utilizan los impuestos para redistribuir la riqueza de manera que la sociedad en general comparta y disfrute de los beneficios del desarrollo económico, científico y tecnológico. Que los impuestos sean progresivos (quien más gana más impuestos paga) ayuda a que el Estado obtenga unos ingresos para poder proporcionar los servicios básicos (sanidad, educación, comunicación, etc.) a casi toda su población.