Un bien que está completamente a la disposición del uso público en cualquier momento, sin que su uso por una persona impida el uso por otra.
Aquel bien disponible para cualquier individuo y el que por ser usado por unos no implica que otros no lo utilicen.
Este tipo de bienes se caracterizan por 2 características:
Como ejemplos de bienes públicos puros estarían la señal de televisión o los árboles de un bosque.
Obviamente, si existen los bienes públicos puros, existirán los impuros, los cuales se caracterizan por no cumplir alguna de las características del bien puro, es decir son rivales (el consumo puede hacer disminuir la cantidad del bien o un deterioro del mismo) y exclusivos (se puede excluir de su consumo a quien no paga por él).