El interés es una cantidad extra de dinero que se paga por disponer de un capital prestado. En las operaciones en las que se aplica un tipo de interés simple, la cantidad sobre la cual se halla el interés es siempre la misma, por lo tanto, los intereses calculados son iguales todos los años. Estos intereses se cobran y por tanto no se suman al capital inicial, no son productivos.
El capital final que vamos a recibir a la finalización del contrato, es superior calculado con interés simple cuando, siendo el tipo de interés anual, la duración del contrato es inferior al año. Un ejemplo de este tipo de interés sería el siguiente:
Préstamo de 10.000€ al 10% de tipo interés anual (devolución de capital a los 3 años).
Capital sobre el cual se calculan los intereses el primer año: 10.000€
Intereses del primer año: 10% de 10.000€ = 1.000€ que se pagan al acreedor
Capital sobre el cual se calculan los intereses el segundo año: 10.000€
Intereses del segundo año: 10% de 10.000€ = 1.000€ que se pagan al acreedor
Capital sobre el cual se calculan los intereses el tercer año: 10.000€
Intereses del tercer año: 10% de 10.000€ = 1.000€ que se pagan al acreedor. Todos los años el capital sobre el cual se calculan los intereses es el mismo (10.000€), por lo tanto, los intereses a cobrar van a ser idénticos cada año (1.000€) y además el acreedor recibe 3000 euros de intereses.