Son aquellos casos o supuestos en los que la ley establece que una persona o empresa puede pagar menos impuestos.
La función del beneficio fiscal es estimular la actividad económica. Suele tener una de estas tres modalidades: exención, bonificación o deducción tributaria.
Para estimular la economía el Estado establece en la ley tributaria beneficios fiscales para que los ciudadanos y las empresas tengan más recursos económicos para invertir o gastar.
Las exenciones fiscales tienen lugar cuando la ley exime (le quita la obligación) al ciudadano o la empresa de pagar un impuesto.
Las bonificaciones son disminuciones de la base imponible, es decir, disminuyen la cantidad de dinero a la que se le va a aplicar el % del impuesto (por lo tanto la cuota a pagar también será inferior).
Y las deducciones son excepciones en materia fiscal, ya que tratan de incentivar ciertas actividades mediante la desgravación adicional de unos gastos que ya han sido contabilizados en la cuenta de resultados, es decir, se vuelven a restar dichos gastos para así pagar menos impuestos.