Es la cantidad de dinero que se paga al banco por los servicios que nos prestan, ya sea una cantidad fija (mínima) o sobre el importe de algunas operaciones o transacciones.
Las comisiones bancarias surgen como consecuencia de los diferentes costes que conllevan el poder facilitar y prestar diferentes servicios a los clientes.
Existen diversos conceptos por los que se pueden cobrar comisiones: sacar dinero en los cajeros, administrar las cuentas, compra y venta de acciones, facilitar una tarjeta de crédito, o incluso hasta el estudio de un préstamo.
Actualmente, y según la normativa española, las entidades bancarias no tienen obligación de registrar en el Banco de España las diversas comisiones que van a aplicar a sus clientes, así como tampoco deben informar de sus importes. Ahora bien, sólo pueden cobrar comisiones por aquellos conceptos que se hayan firmado entre el cliente y la entidad.