Es una herramienta de intervención económica que poseen los Estados y que, a través de la recaudación y gasto de los impuestos, el control del tipo de interés y del tipo de cambio, utilizan para alcanzar sus objetivos macro y microeconómicos.
Normalmente las políticas económicas se llevan a cabo para poder lograr y conseguir unos fines en beneficio del conjunto de la sociedad. Para poder conseguir los mismos, los Estados disponen de diferentes organismos "propios", como bien pueden ser: el propio Estado, las Comunidades Autónomas, ayuntamientos, etc; o bien otras instituciones intermedias como: los bancos, empresas, sindicatos, etc. Algunos de los fines que se pretenden con estas políticas económicas serían:
- El crecimiento económico
- Conseguir el pleno empleo
- La estabilidad en los precios En el caso de conseguir un mayor crecimiento económico, el gobierno intentará que ese crecimiento se mantenga en el tiempo. Los indicadores más utilizados para mostrar el crecimiento de una economía son el producto Nacional Bruto y el producto interior bruto.
Cuando un Estado intenta mantener la estabilidad de precios, de lo que se trata es de controlar los precios de tal manera que no se incrementen demasiado, ya que esto provocaría una disminución del poder adquisitivo, y por tanto una reducción en el consumo. Tipos de políticas económicas Entre las diversas políticas que se pueden utilizar para conseguir los objetivos económicos se encuentran:
- Política monetaria: los diferentes bancos centrales son los encargados de la misma.
- Política fiscal: es aquella que se lleva a cabo para poder ingresar dinero mediante impuestos para sufragar los gastos públicos.
- Política exterior: a veces, se intentan regular las transacciones con otros países. Para ello se imponen límites a las importaciones, o bien se fijan tasas de cambio fijas, etc.
- Política de rentas: en especial sobre los salarios de los empleados públicos para así poder controlar, en algunos casos, la inflación.