En el año 1973 el precio del petróleo aumentó un 300% en un año (pasó de 3 a 12 dólares por barril), lo que ocasionó graves problemas económicos a los países occidentales y por contagio al resto del mundo.
Esta crisis surgió como resultado de que los miembros de la OPEP, en el año 1973, decidieron recortar la producción de petróleo, como consecuencia de del conflicto existente entre Israel, Egipto y Siria.
Por este motivo el precio subió desencadenando una fuerte inflación, y en consecuencia una disminución de la producción industrial de la mayoría de los países, debido a su gran dependencia del petróleo.