Según la CNMV, son valores emitidos por una sociedad que no otorgan participación en su capital ni derecho de voto. Tienen carácter perpetuo (no tienen fecha de vencimiento) aunque el emisor se suele reservar el derecho de amortizarlas a partir de los cinco años; su rentabilidad es generalmente de carácter variable, no está garantizada, por lo que son instrumentos complejos y de riesgo elevado ya que no están garantizados por el FGD.
La remuneración está condicionada a que la entidad emisora de las participaciones obtenga beneficios suficientes; siendo normalmente en el primer año fija. A partir del segundo, normalmente está referenciada al euribor (o a otro tipo de referencia) más un diferencial.