Es la utilidad que efectivamente se distribuye a los accionistas. Indica la ganancia que se obtiene después de realizar los descuentos correspondientes, tales como: restar los gastos, los impuestos, la reserva legal y sumar los ingresos.
Una empresa puede incrementar su utilidad neta sin necesidad de aumentar sus ingresos, ya que lo podría conseguir también si consigue reducir los gastos.