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Es un valor de renta fija emitido por una entidad de crédito o una sociedad de crédito hipotecario. Es decir, es un título hipotecario cuyo deudor es la entidad financiera.

Estos valores se encuentran garantizados de forma global por la cartera de préstamos de créditos hipotecarios de la entidad emisora.

El volumen de cédulas que se emitan no puede ser superior al 90% de los capitales no amortizados de todos los créditos hipotecarios que posea la entidad y que sirvan como cobertura. Tienen tasas mayores que los depósitos a plazo fijo y devengan intereses cada mes. La diferencia con los depósitos es que se diversifican los inversores, disminuyendo de esta manera el riesgo.

Estos valores además cuentan con una doble garantía: por un lado la del emisor, y por otro en cuanto a preferencia de los clientes que poseen estos valores ante los acreedores.