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Es el nombre por el cual se conoce al proceso de venta rápida de acciones recién emitidas, en el cual se ofrecen las mismas a precios muy altos para así intentar que los inversores no hagan sus ofertas. De esta manera la sociedad emisora obtiene un buen precio.
Las empresas emisoras prefieren este tipo de operaciones ya que consiguen un mayor precio en la colocación, por tratarse de una venta rápida de las acciones, lo que provoca que los inversores se den prisa en intentar adquirirlas. A su vez, esto conlleva que los inversores muchas veces no tengan el tiempo necesario para conseguir el número de acciones que desean.