Es un producto financiero que gestionan normalmente compañías de seguros y cuya finalidad es contar con una renta o dinero para la jubilación adicional a la que proporciona el Estado. Son bastante similares a los planes de pensiones. Su contratación es voluntaria y su finalidad se puede ampliar para cubrir, además de la jubilación, la incapacidad, viudedad, orfandad, invalidez, etc.
La principal ventaja es su liquidez, ya que el cliente puede disponer del dinero ingresado en cualquier momento (cobrando una alta comisión) En principio se establece una fecha entre el cliente y la compañía, en la cual se dará por finalizado el plan. Este tipo de productos no tienen que ir necesariamente unidos a la edad de jubilación. Permiten al cliente la posibilidad de hacer una cancelación parcial sin ningún tipo de penalización. Se diferencian de los planes de pensiones en que estos no poseen desgravaciones fiscales, además de que rentabilidad suele ser inferior en los planes de jubilación. En el aspecto fiscal, sólo tributarán los intereses generados, pero no las aportaciones realizadas, a diferencia de los planes de pensiones.