Son las siglas correspondientes a los contratos por Diferencias (Contract For Difference).

Estos contratos son productos OTC y se establecen entre un inversor y una entidad financiera. En este contrato se acuerda que se intercambiarán la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de un activo subyacente (índices, acciones, divisas, etc.).

Este tipo de contratos no requieren desembolsar el total de la cantidad de dinero que sería necesaria tanto para comprar o vender el activo. Es por ello que la operación posee un grado de apalancamiento.

Es típico que estos contratos no tengan un vencimiento, y se pueda prolongar la posición abierta durante el tiempo que el cliente quiera, aunque si bien es cierto que si esto se produce, el cliente deberá abonar los intereses que correspondan a las posiciones compradas.

Las principales características de un CFD son:

• Tienen un alto grado de liquidez y transparencia
  
• No poseen vencimiento 
  
• Permiten abrir posiciones cortas y beneficiarse de las situaciones bajistas del mercado 
  
• liquidación diaria de pérdidas y ganancias 
  
• Proporcionan derechos económicos al tenedor, pero no políticos. Cabe mencionar además que este tipo de contratos no son productos estandarizados, por lo que las condiciones varían de uno a otro.