Es la capacidad que tienen las personas para poder tomar decisiones en función de los ingresos y los gastos, en relación a su nivel de endeudamiento. En el caso de las empresas, es la relación entre lo que tiene (patrimonio) y lo que debe (deuda).
En el ámbito empresarial, es un ratio financiero que mide el grado de dependencia que tiene una
empresa sobre sus
acreedores según el nivel de
deuda existente. Resulta de dividir el
patrimonio neto por el total de deuda (a corto y a
largo plazo) de la empresa.
Cuanto mayor sea este ratio mayor será la
autonomía financiera de la empresa. No existe un
porcentaje idóneo para este ratio, ya que se deberían valorar aspectos como el sector, el contexto económico o el ciclo de producción en el que se encuentra la empresa. Las ratios de autonomía financiera y de endeudamiento guardan una estrecha relación (el de autonomía financiera se calcula de forma inversa al de endeudamiento), por lo que el cálculo de cualquiera de ellos permite evaluar el
riesgo financiero que presenta una empresa respecto a su estructura financiera.