Es aquella parte del activo corriente la cual está financiada por los capitales permanentes, es decir, por recursos de medio y largo plazo. Por tanto, representa la diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente de una empresa o entre los capitales permanentes y el activo no corriente. En inglés se denomina working capital.
En el supuesto de que esta diferencia sea positiva, indicará que probablemente que la empresa tendrá capacidad suficiente para hacer frente a todas sus obligaciones de pago a corto plazo. Si por el contrario, el fondo de maniobra es negativo, evidenciará que la empresa no dispone de liquidez suficiente como para atender a sus deudas a corto plazo.
Sin embargo, existen empresas que operan en determinados sectores (el caso de la alimentación minorista, y en concreto el de las grandes superficies o supermercados) que suelen disponer de fondos de maniobra negativos y que no presentan problemas de liquidez, ya que alargan el período de pago a sus proveedores; y por el contrario tienen menores períodos de cobro a clientes, de almacenamiento de materias primas y de fabricación; por lo que tardan poco en hacer líquidas (convertir en dinero) sus existencias.
En cuanto a empresas industriales con procesos de producción extremadamente largos se pueden dar situaciones de insuficiencia de fondos, o en el caso de la construcción que anticipa los cobros mediante certificados de obra. Para profundizar en el análisis de las disponibilidades de liquidez se puede consultar el concepto de cash flow libre.
Fuente: Libro "Contabilidad Financiera para Directivos" Escrito por José Luis Fernández Iparraguirre y Manuel Casado Mayordomo