peaje fiscal

Las Instituciones de inversión Colectiva tienen desde el 1 de enero de 2003, un tratamiento fiscal que consiste en la eliminación del peaje fiscal por el que los partícipes o socios de las Instituciones de Inversión Colectiva debían tributar si obtenían plusvalías por la venta de sus participaciones o acciones. A partir de dicha fecha se eliminó este efecto fiscal en el caso de invertir las cantidades obtenidas del traspaso o venta en otra Institución de Inversión Colectiva, es decir, no tributa el cambio Institución de Inversión Colectiva.

El objetivo de la eliminación del peaje fiscal consiste en tratar por igual a las inversiones en instituciones de ahorro colectivo, excluyendo a aquellas otras canalizadas a través de sociedades de inversión que, si bien tienen la misma naturaleza jurídica, su dirección y control está en manos de un grupo selectivo de accionistas. La eliminación del peaje fiscal para el cambio de fondo de inversión se extiende a las sociedades de inversión, siempre que tengan más de 5.000 accionistas tratando de evitar discriminaciones entre distintos instrumentos de ahorro colectivo. Al mismo tiempo, el contribuyente no debe haber tenido ninguna participación significativa (control de al menos un 5% sobre el capital del compartimento en cuestión) 12 meses antes de la fecha de traspaso.La eliminación del peaje fiscal para el cambio de fondo de inversión podría extenderse a otros instrumentos de inversión colectiva, siempre que se trate de pequeños ahorradores. Esta es una de las fórmulas que parlamentarios y expertos estudian para evitar posibles discriminaciones entre distintos instrumentos de ahorro colectivo. Con la eliminación del peaje fiscal a partir de Enero de 2003, se abre un proceso de redefinición del sector de fondos de inversión. Por un lado, las gestoras tienen que hacer frente a una competencia por la capacidad del ahorro en el cual necesita tener una gama de productos mas completa y desarrollar nuevos canales de distribución para ofrecer los mejores productos al inversor, mientras que para el ahorrador tiene la posibilidad de realizar una gestión activa de su patrimonio, mediante el diseño de una cartera de fondos que puede variar según las condiciones de mercado.