Es la suposición de que una empresa seguirá funcionando basándose en los resultados de la auditoría que se la ha realizado.
Los auditores cuando emiten su informe deben tener en cuenta aquellas circunstancias que pueden hacer peligrar la continuidad de la empresa, lo cual implica poseer una predicción de futuro. Hay que decir que si el auditor redacta su informe favorable sin salvedades, diciendo que las cuentas de la empresa reflejan la imagen fiel de la misma, esto no lleva implícito que la empresa continúe en el futuro y sobreviva. Son dos aspectos que no tienen porque ir relacionados, aunque sí pueden tener consecuencias entre ellos. Eso sí, si tras analizar la situación de la empresa y de los diversos hechos puede haber dudas de la continuidad de la misma, deberá hacer referencia a los mismos de acuerdo a la Norma Técnica prevista.