Un derivado no financiero es un producto financiero cuyo valor se basa en el precio de otro activo del tipo commodity o bienes básicos (cereales, metales, combustibles), el cual es conocido como activo subyacente.
Los principales activos subyacentes de carácter no financieros son las materias primas o commodities, donde destacan los metales, las energías y los cereales. Aunque también existen derivados sobre condiciones climatológicas y otros eventos.
Estos
derivados financieros tienen las siguientes características:
- Su valor se ve modificado en función de cambios en el precio del activo subyacente.
- La inversión inicial que se debe realizar es muy inferior a la de comprar directamente el activo subyacente.
- Siempre se liquidan en una fecha futura.
- Normalmente cotizan en mercados de valores.
Los derivados financieros más comercializados son los
swaps, los
futuros y las
opciones.
- Futuros: es un contrato que obliga a la compra o venta de bienes o servicios (activo subyacente) en una fecha concreta y futura, siendo su precio y cantidad establecidas de antemano. No hay que pagar nada en el momento de su contratación, pero si hay que predisponer una garantía ante el pago.
- Opciones: es un contrato que da el derecho (no la obligación) a la compra o venta de bienes o servicios (activo subyacente) a un precio predeterminado, hasta una fecha concreta (vencimiento). Cuando se contrata una opción se debe pagar una pequeña prima y, generalmente, suscribir también una garantía. A una opción de compra se le denomina call, y cuando se trata de una opción de venta put.
- Swaps: es un contrato por el que dos partes se comprometen al intercambio futuro de bienes o servicios. En España, los productos financieros cotizan en el Mercado Oficial de Futuros y Opciones Financieros (MEFF). Este mercado está supervisado por el Ministerio de economía de España y la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV).
La
compra de estos
productos financieros tiene tres finalidades:
- Asegurar el precio futuro de los activos subyacentes. De tal forma que estos productos financieros actúan como seguro ante la volatilidad del valor del activo subyacente.
- Especular con estos derivados, con el objetivo de obtener un beneficio económico. Esta práctica de comercializar con derechos de compra-venta se ha extendido rápidamente en los últimos años, siendo unos de los productos financieros más demandados en los mercados.
- Arbitraje, por el que se consigue un beneficio cierto libre de riesgo.