corán

El Corán es la escritura sagrada de los musulmanes. En él se discuten soluciones sencillas a los problemas de la vida diaria y, junto a las enseñanzas del profeta Mahoma, son la base de la Shariah o ley islámica. Las transacciones financieras y la banca basadas en la Shariah, a las que se les denomina Finanzas islámicas, están en crecimiento entre las comunidades musulmanas del mundo, y tienen como norma no cobrar intereses, compartir pérdidas y ganancias, además de mantener controles para asegurarse de ser éticas y justas.

El Corán es la escritura sagrada de los musulmanes, es decir la escritura de los seguidores del islam.

El islam es la religión establecida entre los árabes, habitantes de la península árabe, por el Profeta Muhammad en el temprano siglo séptimo. Lo primero que se debe comprender del Corán es su forma. En idioma árabe, ‘Corán’ literalmente significa ‘recitación’ y ‘lectura’. De modo similar, el Corán fue recitado de manera oral y escrito en forma de libro. El verdadero poder del Corán se encuentra en la recitación oral, ya que se debe leer en voz alta y con una voz melodiosa, pero igualmente los versículos fueron escritos para poder memorizarlos y guardarlos, estos fueron reunidos y ordenados en un libro de manera particular y, finalmente, de manera institucional.

El libro sagrado del islam es el Corán; en él se expresa su credo y se incluye su ley; define las creencias del islam y expresa su marco normativo esencial, siendo base principal de la regulación de la vida del creyente. El texto coránico se distribuye en 114 capítulos o azoras(suras), que, a su vez, están formados por versículos o aleyas (al-aya). El título que encabeza cada una de las azoras está tomado o bien de uno de los temas tratados en ella o bien de una palabra u oración que en ella figure. A continuación se indica el lugar en que fue revelada, el número de aleyas o versículos de que consta y, finalmente, el basmalá ("En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso"), fórmula de invocación que inicia todas las azoras. Tanto en su contenido cuanto en su forma, el Corán, en tanto que palabra divina, es considerado perfecto. Su texto es también apreciado estéticamente, hecho que se manifiesta en el arte de su recitación, con sus diversas y melódicas interpretaciones, que pueden arrebatar al auditorio, y con el arte de su caligrafía, también estimable. Como pieza literaria sublime llegó a constituirse entre los musulmanes el dogma de su inimitabilidad.

Para los fieles, el estilo del Corán es milagrosamente bello e imposible de imitar: cualquier traducción del Corán a otra lengua no puede sino desfigurar el texto. Excepto para el caso de la guerra santa, el Corán deja a los hombres en el marco de su vida cotidiana, exigiéndoles sólo que obren bien se encuentren donde se encuentren, que no cometan excesos, que utilicen mesuradamente los bienes que Dios les concede, y que sean capaces de desprenderse de su egoísmo para ayudar a los pobres o a la comunidad. El Corán se encuentra así rodeado, en su fondo y en su forma, de un halo de respeto, fervor y esmero extraordinarios, presente siempre en la vida entera del musulmán, que procura preservarlo, centrando en él sus ideales y vivencias, y recurriendo a su lectura tanto de forma cotidiana como en ocasiones solemnes. El Corán aglutina y marca de forma primordial la civilización islámica, como gran eje de la misma. Las interpretaciones del Corán reflejan con frecuencia las divergencias y distintas tendencias que se dan en el seno de la comunidad musulmana.

Hoy en día, alrededor del veinte por ciento de la población mundial es musulmana. Para todas las comunidades musulmanas, cualquiera sea su idioma y donde sea que vivan, el Corán es su escritura sagrada.