Iniciales de Tasa Anual Equivalente, es decir, el tipo de interés asociado a operaciones financieras.

Si, por ejemplo, hablamos de una inversión, somos nosotros quienes ingresamos dinero en el banco, la TAE, será la rentabilidad/ganancia que esperamos tener por nuestro ingreso año a año. Mientras que si hablamos de un crédito o préstamo, será el interés que pagaremos porque nos presten dicha cantidad de dinero.

La Tasa Anual Equivalente igualará, sobre una base anual, el valor actual de todos los compromisos (créditos, reembolso y gastos) existentes o futuros asumidos por el empresario y por el consumidor.
 
La TAE debe calcularse según las fórmulas establecidas por el Banco de España, tal y como indica en su circular nº 8/90 aunque por Orden del Ministro de Economía se podrán establecer las hipótesis de cálculo oportunas para determinar la TAE en aquellos supuestos en que no se conozca cualquiera de los elementos necesarios para su aplicación en el momento de la concesión de la operación de crédito. Tales hipótesis de cálculo, las podrá habilitar el Banco de España con autorización del Ministerio de Economía. 
 
Se trata de una referencia de lo que nos cobran (coste) al contratar un crédito o un préstamo bancario, o de lo que nos paga el banco (rendimiento) si contratamos un producto de ahorro o inversión.

Sirve para comparar distintas ofertas de préstamos (ya sean hipotecarios como de consumo). Además sirve como referencia del coste real de la hipoteca en el caso de que los tipos de interés fueran fijos (que se mantuvieran constantes). En los préstamos de interés variable la TAE servirá solamente como referencia. 

También se utiliza para calcular el rendimiento en productos ahorro.

Como ejemplo, la TAE aparece en todas las ofertas de préstamos hipotecarios, personales y productos de ahorro ya que el Banco de España obliga a las entidades a informar sobre ella, según lo establecido en el capítulo II  de la Circular n.º 5/2012 de 27 de junio.