tarjeta

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La tarjeta es un instrumento que sirve como medio de pago, pensado para liberar de la carga que supone al cliente la disposición de efectivo en cualquier lugar, momento y circunstancia determinada. Existen varios de tipos, siendo las más comunes las tarjetas de débito y las tarjetas de crédito.

Una tarjeta de crédito es un medio de pago que te permite hacer compras y pagarlas más tarde. Se llaman tarjetas de "crédito" porque el banco con el que se tiene el servicio te permite hacer la compra y que más tarde le devuelvas el dinero, teniendo en cuenta los plazos negociados con la entidad. Existe una cantidad máxima de dinero que se puede utilizar con la tarjeta de crédito, y se conoce como "cupo" o "límite". En la adquisición del servicio con la entidad bancaria se negocian las condiciones, teniendo en cuenta:

  • Pago mínimo o cuota: cantidad de dinero que se debe ingresar en la cuenta bancaria para disminuir la deuda. La cantidad se calcula de manera mensual y es en relación con la deuda del cliente.
  • Intereses: cantidad de dinero que se tiene que pagar por disponer de tarjeta de crédito.
  • Beneficios adicionales: dependiendo de la entidad bancaria con la que se contrate el servicio, algunas ofrecen otros adicionales como seguros de viaje o cobertura nacional, entre otros.
  • Corte: fecha del mes en la que el banco hace los cálculos de las cuotas e intereses.
  • Saldo: es el dinero que una persona debe al banco después de efectuar los pagos mínimos e intereses.

Existe otro tipo de tarjetas, muy similar a las tarjetas de crédito, llamadas "tarjetas revolving". La diferencia de estas tarjetas es que el banco no permite satisfacer la totalidad de la deuda contraída en el mismo mes; suelen tener un porcentaje máximo y mínimo a pagar de la cuota mensual. Con las tarjetas de crédito, el banco te permite satisfacer la totalidad de la deuda de una vez.

Las tarjetas de débito se diferencian de las tarjetas de crédito en que, con las de débito, al realizar la compra y pagar con tarjeta se descuenta automáticamente de la cuenta corriente a la que esté vinculada la tarjeta; el banco no nos adelanta el dinero. Esto significa que si tenemos una tarjeta de débito y no disponemos de dinero en la cuenta corriente, no podremos efectuar la compra. Con las tarjetas de débito, el poseedor no deberá pagar intereses por su tenencia. Otro tipo de tarjetas, las tarjetas prepago, se asemejan con las tarjetas de débito en que el cliente puede disponer, como máximo, del dinero que tenga en su cuenta corriente.

Pero, con las tarjetas prepago se puede disponer del dinero que se haya cargado previa y voluntariamente; son especialmente utilizadas para pagos por internet, para ser utilizada por menores, o como tarjetas regalo. Pueden ser anónimas, si no está asociada a los datos personales del tenedor, o identificadas, en caso de que sí esté asociada a los datos personales. En función el soporte físico puede haber:
  • Tarjeta monedero: el dinero que incluye la tarjeta se queda registrada en un chip, por lo que únicamente se puede recargar desde una oficina o cajero.
  • Tarjeta con banda magnética: utilización similar a las tarjetas de débito, con la diferencia de que el dinero que contiene se recarga mediante transferencias cargadas al saldo de la cuenta.
  • Tarjeta virtual: están pensadas para operar por internet. Solo se necesita el número de tarjeta, la fecha de caducidad y el pin.
Por último, nos encontramos con las tarjetas de comercio o de compra. Son tarjetas emitidas por entidades no financieras, aunque a veces se crean a través de entidades financieras intermediarias, aunque normalmente son grandes superficies que se dedican a la distribución minorista (ej. El Corte Inglés). Estas tarjetas permiten al cliente comprar en el propio establecimiento, y se pueden configurar como tarjetas de crédito o de débito. Otorgan ventajas al cliente que las utiliza; devolución de un porcentaje de compras, aparcamiento gratuito, etc.