Es una figura de
arrendamiento financiero que se establece mediante contrato entre arrendador y
arrendatario. A través de un contrato de leasing, cuando finaliza el periodo, el
arrendatario tiene tres posibles opciones, una puede ser devolver el bien a su
propietario, otra renovar el leasing, y una tercera, convertirse en el propietario
del bien comprándoselo al que, hasta ahora, era el arrendador.
Existen varios tipos
de leasing, pero los más utilizados son el leasing financiero, el cual recoge
la opción de compra en un plazo determinado, generalmente al término del
contrato de arrendamiento, y el leasing operativo, en el que se descarta la
posibilidad de adquirir el bien.
La opción de compra
del leasing financiero conforma la principal diferencia con la figura del
renting. Otra diferencia
importante entre el renting y el leasing, es que, en el segundo, el
mantenimiento del bien es responsabilidad del arrendatario, mientras que en el
renting esta cuestión corre por cuenta del arrendador. La tercera gran
diferencia es que mediante el leasing también se pueden arrendar bienes
inmuebles, como pueden ser viviendas, oficinas, o naves industriales.
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