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Un mercado cuya oferta de bienes o servicios está dominada por pocas empresas.

Estas empresas suelen vender un producto estandarizado cuyas únicas diferencias pueden ser sus características propias añadidas por la empresa. Entrar en este mercado es difícil dado que existe un alto nivel de competitividad entre las empresas establecidas y también porque suelen existir varias barreras de entrada (como, por ejemplo, los costes iniciales, las economías de escala, los derechos de propiedad y barreras gubernamentales).

Normalmente en un oligopolio, las compañías tienen poco control sobre los precios finales de sus productos porque en esta estructura de mercado existe una interdependencia mutua. Esto puede dar paso a varias formas de competitividad que no está basada en los precios. Sin embargo, si existe colusión entre los competidores, pueden verse los precios fijados o artificialmente controlados, disminuye la competitividad y incluso puede formarse un cartel.