Es la diferencia entre la cantidad de dinero que un país en su conjunto gasta en otros países y la cantidad de dinero que gastan en él otros páises.

En esta cuenta se incluyen los cobros y los pagos realizados como consecuencia del comercio de bienes y servicios, además de las operaciones derivadas de movimientos de capital entre los países.

La balanza de pagos está compuesta por una serie de conceptos, que determinan las operaciones realizadas entre un país y el resto, siendo éstos los siguientes:

1. Cuenta corriente.
- Balanza comercial: se refiere a las entradas y salidas de los bienes de un país.
- Balanza de servicios: recoge aquellos servicios que los habitantes de un país han hecho en otros países.
- Balanza de rentas: aquí se incluyen las rentas que se obtienen como consecuencia de la utilización de factores productivos en otros países.
- Balanza de transferencias: dentro de este grupo se encuentran aquellas operaciones que se realizan con otros países a modo gratuito.

2. Cuenta de capital.
- Transferencias de capital: aquellas transferencias de capital que se llevan a cabo sin ninguna contraprestación.
- Adquisición y disposición de activos inmateriales no producidos: aquí se recogen las transacciones de activos intangibles no producidos. Sirvan como ejemplo las marcas o patentes.

3. Cuenta financiera. Dentro de este apartado se encuentran aquellas variaciones de activos y pasivos financieros del país (acciones, bonos, etc.)

4. Cuenta de errores y omisiones. No es propiamente una partida de la balanza de pagos, pero se utiliza para ajustar las operaciones no registradas.

Hoy en día, los países y sus economías se encuentran conectadas, manteniendo una gran cantidad de relaciones económicas y financieras. Por ello, la balanza de pagos es un instrumento muy útil para comprobar si un país mantiene una situación de equilibrio entre sus cobros y pagos; si la balanza de pagos tiene un resultado 0, ésta sería la situación perfecta.