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Compromiso que se ha adquirido entre dos, o más partes, a devolver el dinero que se ha dejado prestado, en las fechas y plazos establecidos.
En términos más técnicos, la deuda es la obligación o compromiso que acepta una persona, sociedad o país de hacer algo o pagar dinero a la otra parte.
La deuda financiera está formada por tres parámetros:
Quien tiene el compromiso de pago se denomina
deudor, y quien tiene el derecho de
cobro se denomina
acreedor. En este tipo de operaciones el acreedor es quien asume los
riesgos de la operación, que se pueden resumir en cuatro tipos: riesgo de mercado,
riesgo de crédito, riesgo legal (un derecho u obligación de pagar la deuda no está exactamente determinado) y riesgo operacional (riesgo basado en que no se realice por alguna de las partes la obligación determinada, siendo en este caso cuando el deudor no paga).
El tipo de interés o coste de la deuda estará estrechamente relacionado con la información disponible en el momento de la realización del
contrato, así como de la
probabilidad de que se produzca un evento que perjudique o impida la devolución de la deuda y el cobro de los intereses. A más riesgo percibido, mayor coste de la deuda, es decir, el tipo de interés será más elevado.
Un aspecto a tener en cuenta es que no se debe solicitar un nuevo crédito para poder pagar un antiguo crédito, ya que se puede dar una situación muy peligrosa al no poder hacer frente a los pagos de ninguno de los dos.